Últimamente, uno de los temas que más se encuentran en boga entre los fans de la animación en general es el del doblaje en Latinoamérica. De hecho, son cada vez más las personas que afirman apoyar a esta industria, llegando incluso a generar interesantes discusiones en torno a cual país tiene mayor experiencia a la hora de colocar voces a los personajes del cine y la televisión. Hoy en día, el solo mencionar nombres como Jesús Barrero, Mario Castañeda o Patricia Acevedo, es remitirse a un sinfín de personajes inolvidables, que de una u otra forma han logrado permanecer en la memoria colectiva de varias generaciones.
Sin embargo, y como ha ocurrido con todo en esta afición, hay quienes han pasado de la admiración a la adoración o fanatismo extremo. Y es que, de la misma forma en que los puristas del idioma original solían hasta hace poco despotricar del doblaje por casi cualquier tontería, también han aparecido conductas en las que prácticamente, se llega a despreciar todo aquello que no sea doblado en nuestro idioma o por lo menos, con nuestro acento, renegando de aquellas producciones que por una u otra razón, son imposibles de conseguir con doblaje latino.
El choque de dos mundos: Doblaje español Vs. Doblaje de acá
Uno de los puntos en los que siempre se llegan a dar discusiones bien acaloradas en lo referente al doblaje ibérico en relación con el latinoamericano. Como muchos sabrán, en España no existe lo que llamamos un "acento neutro". Por el contrario, las voces se realizan tal cual como se habla comúnmente en aquel país, lo que para muchos de los que vivimos de este lado del charco, puede sonar bastante extraño. Es cierto que a mucha gente le llega a chocar dicho acento, incluso muchos pueden llegar al punto de odiarlo. Sin embargo, hay cosas que deben tomarse en cuenta:
- Se trata de un doblaje exclusivo para ese país, sin ninguna intención de exportación.
- Para el público español, nuestro doblaje es igual de extraño y chocante, ya que para ellos no existe la costumbre del "acento neutro".
Caer en la necedad de afirmar con toda propiedad que nuestro doblaje es mejor que el de ellos es simplemente una muestra de idiotez bárbara, así como también lo sería el caso contrario. Y esto viene a colación luego de ver discusiones realmente tontas en algunos foros, donde incluso se ha llegado a la ofensa solo por imponer de manera forzosa opiniones al respecto.
Doblaje mexicano: ¿El mejor de todos?
Este tal vez sea uno de los puntos más polémicos de esta nota. Para muchos, el doblaje mexicano es el de mayor calidad, puesto que se supone que son los que cuentan con más experiencia en este campo. Muchas de las producciones importadas, bien sea de Estados Unidos, Japón o Europa, que hemos visto en la región, han sido dobladas allá. Voces como las del ya nombrado Jesús Barrero se han convertido en leyenda, debido a la gran cantidad de personajes con las que las hemos oído.
Pero, ¿Realmente es el mejor doblaje?
Para nadie es un secreto que el acento mexicano es bastante sonoro, y que difícilmente puede ocultarse bajo un acento neutral. Sin embargo, los actores mexicanos lo logran, dándonos esa peculiar forma de hablar que pareciera mimetizar al acento anglosajón. Sin embargo, el gran defecto del doblaje del país azteca no radica en la calidad de sus actores -que es muy buena- sino mas bien, en la calidad de toda la maquinaria que hay detrás.
Para que un doblaje sea bueno, debe tener aparte de buenos actores de voz, buenos guionistas, gente que pueda realizar una adaptación fiel o por lo menos cercana a la fuente, y por supuesto, buena documentación a la hora de adaptar elementos de cultura general. Esto en el doblaje mexicano, suele fallar, y mucho.
Por un lado tenemos los famosos regionalismos. Cada vez es más común ver como los guionistas deciden realizar cambios al guión para introducir alguna frase o palabra que nos remita a la cultura pop mexicana. ¿Que en Friends nombran a Jerry Seinfeld? Pues en el doblaje nombran a Chespirito. ¿Qué en Los Simpsons, Moe vende almejas con la cara de Lucille Ball? Pues en español las almejas tienen la cara de Verónica Castro. Y así por el estilo. Incluso se dan casos en que los cambios carecen totalmente de toda lógica (¿Alguien recuerda cuando a Luke Perry lo llamaron Robert Redford en un episodio de Los Simpsons?).
Si bien es cierto que en muchos casos es necesario adaptar alguna frase para mayor comprensión del público general, es justo reconocer que en la mayoría de las veces se llega a niveles exagerados. Y eso por no hablar de los cambios de nombres en los personajes, una medida que, aunque fue impuesta bajo un marco legal en la década de los 60s, en la actualidad carece de toda justificación, puesto que ya no existe ninguna norma que obligue a los medios a realizar tales modificaciones.
También podríamos hablar de la inconsistencia con respecto a las voces de personajes secundarios (cambios de actores por cada capítulo). Un ejemplo resaltante podría ser Kiki de Apéndice en Saint Seiya, tal vez uno de los personajes con más voces en toda la serie. Y ahora que hablamos de Saint Seiya, también es justo mencionar la cantidad de errores cometidos en toda la serie, sobre todo en la etapa de Asgard, donde la investigación documental brilló por su ausencia.
Lo anteriormente nombrado, son detalles que muchos suelen pasar por alto a la hora de hablar de la calidad del doblaje mexicano con respecto al resto de los países de la región. Y si bien en muchos aspectos ha mejorado, aún hay muchísimos vicios que enturbian el trabajo de quienes le dan voz a nuestros personajes favoritos, y ese es el tipo de cosas que hay que tomar en cuenta antes de emitir juicio alguno.
El doblaje en Venezuela
Antes que nada, olvídense del "doblaje express" realizado por Animax en los últimos años. De la misma forma en que México se convirtió en referencia obligada a la hora de hablar de doblaje, Venezuela también logró tener un puesto de honor en este renglón. Y es que en el país sudamericano, la industria del doblaje tiene una historia lo suficientemente amplia como para reclamar el lugar que le corresponde.
Venezuela entra al mercado durante los años 50 y 60 gracias a iniciativas privadas, pero no es sino hasta la década de los 80 que comienza de lleno a realizar proyectos importantes en este sector, siendo las telenovelas brasileras y documentales televisivos sus primeros trabajos. En la actualidad, existe una gran cantidad de estudios especializados en el doblaje, lo que ha convertido esta profesión en una de las más competitivas.
El doblaje venezolano es sin duda uno de los mejores de la región, con una larguísima historia en lo que respecta a animaciones. Para quienes hayan visto algún episodio de Animaniacs, Liga de la Justicia/Liga de la Justicia Ilimitada, Pinky y Cerebro, entre otras, las voces de José Manuel Vieira, Frank Carreño, Orlando Noguera o Frank Maneiro les deben sonar harto conocidas, tanto como la de los dobladores mexicanos.
Las voces de otros países
Países como Argentina, Colombia o Chile también nos han ofrecido excelentes trabajos, pese a que en algún momento de su historia no se lo tomaban tan en serio. Chile por ejemplo, ha logrado evolucionar muchísimo desde aquel nefasto doblaje de la serie Queen Millenia. Series como Están Arrestados o Garfield así lo certifican. Lo mismo podría decirse de Argentina, que con series como Alexander Senki logró quitarse el estigma de Candy, Candy; o Colombia, que entró al ruedo con las series Street Fighter II V y Rurouni Kenshin.
Al final lo que importa no es que país dobla tal o cual producción, sino cual es el contenido que se está viendo. Algo que no debemos olvidar es lo siguiente: el doblaje es una herramienta, por medio de la cual podemos entender sin complicaciones lo que se dice en alguna película o algún programa televisivo. Claro está, las voces que dan vida en nuestro idioma a los personajes de la televisión o el cine siempre estarán en nuestra memoria por cuanto son aquellas con las que conocimos a nuestros héroes.
Pero no hay que perder el sentido de la objetividad: una cosa es admirar el trabajo de los grandes actores de doblaje, vengan del país que venga. Otra muy distinta es fanatizarse. Dar apoyo al doblaje latino no significa cerrarse a ver otras opciones, y menos si eso significa limitar el verdadero objetivo de nuestra afición, llámese anime, cine o cartoon.
Pero no hay que perder el sentido de la objetividad: una cosa es admirar el trabajo de los grandes actores de doblaje, vengan del país que venga. Otra muy distinta es fanatizarse. Dar apoyo al doblaje latino no significa cerrarse a ver otras opciones, y menos si eso significa limitar el verdadero objetivo de nuestra afición, llámese anime, cine o cartoon.
0 comentarios:
Publicar un comentario